La Caída. Después.

moriwoki

USER
VIENE DE...

La Caída. Antes

SE PRODUCE LA CAÍDA

Tal vez lo que describa a continuación pueda resultar crudo, o se puede entrever en la forma de hacerlo el trato excesivamente frío de situaciones que pueden acarrear consecuencias fatales. Es cierto: aunque sea natural para un servidor, el trato es aséptico, frío y crudamente realista. Pero precisamente lo es así para huir de la frivolidad y de la negligencia con que se suele ignorar. Sé de lo que hablo porque lo he presenciado demasiadas veces y, sobre todo, porque lo he sufrido en muchas ocasiones; por eso pienso que se debe tratar con una reflexiva naturalidad.
En principio, para saber cómo reaccionar y qué hacer cuando demos con nuestros huesos en el suelo, qué mejor lección que la que nos pueden dar los pilotos que vemos en TV. Observemos detenidamente cada caída que se produce en una carrera, sobre todo la de los más experimentados.
Lo primero, lo principal y a veces lo único que se puede hacer es mantener los músculos en tensión, todo el cuerpo debe ser un resorte, convirtiendo piernas y brazos en auténticos amortiguadores. No podemos dejarnos voltear por la inercia como el ovillo por el gato, entregarnos a esa violencia como un saco de patatas, porque será muy fácil que nos rompamos más de un hueso... de la otra forma, tal vez no.

Si caemos resbalando

Intentaremos, en la medida de lo posible, incorporarnos para exponer al roce nuestra parte más mullida: El trasero.
Comentar en este punto, que a veces los resbalones son muy largos y que, aunque os parezca mentira, se podemos dirigir en ellos nuestra dirección.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que si vamos contra un muro o cualquier gran superficie, poco o nada podremos hacer para librarnos del choque con ella; pero si vemos que en nuestro camino se encuentra algo estrecho como una farola, o más estrecho como una señal de tráfico, sí que podemos hacer algo con las manos y volteando el cuerpo para no chocar contra ella. Volvemos a la misma actitud combativa, desesperada, en este caso: No podemos quedarnos aterrados, atenazados, viendo cómo la farola se nos echa encima.

Si al caernos nos desplazamos rodando por el asfalto.

Hay que tratar de resguardar de la violencia de cada giro nuestras partes más vulnerables y exponer la menor superficie posible de nuestro cuerpo dando vueltas sobre sí mismo.
Existe una imagen, que tal vez muchos recordéis como yo, que explica gráficamente a la perfección la postura de la que hablamos. Se veía a S. Gibernau rodando por el asfalto como una croqueta a toda velocidad. Los hombros recogidos, los codos replegados sobre el vientre y las manos abiertas y cruzadas sobre el pecho.


Si salimos por las orejas

Es muy raro y muy difícil que ocurra con una Harley. Se produce, al 95%, en un momento de plena aceleración cuando la rueda trasera pierde tracción de forma brusca. Salvo en motos como la XR 1200 o la familia V-Rod, creo que es muy muy difícil que ocurra con otras motos, no ya por no tengan demasiada potencia, sino por su forma pausada de entregarla.
No obsetante, dejo este apartado para alguno de esos casos extraño o, simplemente, como conocimiento de las reacciones de una moto.
Salir por las orejas.
Así se conoce la que es, probablemente, la forma de caída más violenta y de peores consecuencias, la que tememos todos los pilotos. Se produce cuando la rueda trasera derrapa, se desplaza oblicuamente a la trayectoria de la moto buscando la perpendicular; hay un momento, más o menos próxima a ella, en el que el neumático vuelve a coger, agarra bruscamente y la moto se endereza con violencia, produciendo un terrible efecto de catapulta que nos lanza hacia arriba.

Lo cierto es que en estos casos poco podemos hacer, salvo mantener todo el cuerpo en tensión -como no me cansaré de repetir- esperando recibir el impacto contra el suelo, porque es una verdadera lotería la forma y la postura en la que vayamos a caer -en muchas ocasiones de espaldas-.

Si la sacudida no resultara excesivamente fuerte (algo más que un susto), debemos agarrar con fuerza el manillar para tratar de salvar la caída; pero si la moto nos lanza con verdadera virulencia, sinceramente, no sabría decir si es mejor soltarlo para evitar, en la medida de lo posible, que el impulso nos voltee y caigamos golpeándonos directamente la espalda. Al menos, cayendo de frente, tenemos una posibilidad. Pero estamos hablando de ello como si dispusiéramos de todo el tiempo que uno se toma para una decisión trascendental como la compra de un piso o tener un hijo. Desgraciadamente, no es así. Al menos sí tendremos tiempo, insisto, de preparar el cuerpo como un resorte.

SI PROVOCAMOS LA CAÍDA COMO MAL MENOR

En situaciones de extremo compromiso tomamos una decisión, instintiva en la mayoría de los casos, para evitar males mayores -como los de un choque o los de una salida hacia una zona comprometida- y nos vamos al suelo. No hay ninguna diferencia con la primera de las situaciones definidas: caemos resbalando, con la ventaja, si es que se le puede llamar así, de que en este caso sabemos con algo más de anticipación que nos vamos a caer.


Si chocamos

Contra un muro, contra un camión o contra algo tan grande y sólido que no deje ni un resquicio a la escapatoria poco o nada se puede hacer. Sin embargo, en la inmensa mayoría de las ocasiones el choque se producirá contra un coche, y, en ese caso podemos hacer algo, aunque poco, claro está, para tratar de minimizar sus consecuencias.
Cuando veamos que la colisión es inevitable, que vamos hacia el coche irremediablemente, hay que tratar de aprovechar el efecto de palanca que hace la moto sobre el eje delantero en el momento de chocar. Intentaremos potenciar con un impulso de las piernas ese efecto de catapulta que nos lanza hacia arriba para elevarnos por encima del coche (en estos casos, el efecto de palanca repercute con mucha más fuerza en el pasajero por ser más largo el brazo de la misma). Dependiendo del coche, apuntaremos antes a su parte más baja, delante o detrás, si las hubiera, para saltar por encima con mayor facilidad; y si se trata de un monovolumen total, será más complicado, evidentemente, salvarlo por arriba, aunque no imposible.
Existe un punto, que dependiendo del tipo de moto puede frenar más, menos o nada este impulso: el manillar. Por eso, si tenemos un margen de tiempo, que normalmente hay el suficiente, nos echaremos unos centímetros hacia atrás y dejaremos el trasero un tanto elevado para tratar de salvarlo en el impulso. Vuelve a aparecer el particular caso de los señores con cuelgamonos.

No doy esta explicación como una solución mágica. No lo es en absoluto. Se trata simplemente de optar por un mal menor; y si vamos convenientemente equipados, tenemos una posibilidad. Yo mismo puedo decir que he salido indemne de dos o tres accidentes de este tipo.
Como norma general para reaccionar en estas situaciones tenemos, como es lógico, que impedir que el pánico se apodere de nosotros. Para luchar contra él, contra el pánico, contamos con dos armas de inestimable valor. Una: la absoluta concentración que debemos de llevar puesta en lo que hacemos en esos momentos. Dos: otra vez el espíritu aguerrido y combativo que debe acompañarnos siempre para plantar cara a las dificultades.

TRAS LA CAÍDA

Haremos lo mismo que tras un buen susto: extraer de ella todo lo que tenga de instructivo, de experiencia de cara al futuro. Efectivamente, ya que ha ocurrido, llevarnos la lección aprendida.
Hay muchas ocasiones en las que la moto patina sin que tengamos ni idea del porqué. Nos coge completamente desprevenidos y vamos a parar al suelo sin poder remediarlo. Muchas de esas veces, aún después de levantarnos (si es que salimos indemnes), no nos explicamos qué ha ocurrido. Es el momento de volver sobre nuestros pasos, si el tráfico lo permite, e ir al punto exacto donde se ha producido el resbalón para inspeccionar el piso detenidamente: pasando el pie sobre él, deslizando la suela, si es que a simple vista no descubrimos aún qué es lo que ha provocado el encontronazo contra el suelo. La humedad, el desgaste exagerado del asfalto, anticongelante, aceite… Hay elementos y sustancias que pasan desapercibidas a ese examen, a ese escaneo del que hemos hablado en otro apartado. Por ejemplo: Hace un par de años, hicieron cerca de mi casa una rotonda nueva en la que ya me ha dio, al principio, dos buenos sustos la rueda delantera. Los dos patinazos ocurrieron de noche y no conocí el porqué hasta algunos días después, cuando examinando de día el asfalto, me di cuenta que el carril de la calzada más próximo al bordillo estaba impregnado de una sustancia pegajosa. Era el polen que desprende el jardín que plantaron dentro del contorno de la glorieta. Desde entonces, tengo un especial cuidado de no trazar junto al bordillo que da contorno a una glorieta ajardinada.

También ese examen a pie nos enseña a escanear con mayor precisión el asfalto, una vez sufrida la caída -a la fuerza ahorcan-.
Si no encontramos la causa en el suelo, la buscaremos en nuestra moto, empezando por el estado de los neumáticos. Su presión de inflado, su desgaste, y tendremos en cuenta, también, si acabábamos de arrancar en el momento de caernos y por ello aún se hallaban fríos. Continuaremos por la horquilla y los amortiguadores -aunque una reacción anómala de los elementos de la suspensión cuando ya se hallan en mal estado no es repentina-.
En cuanto a los elementos que han concurrido en la caída y que ya no se pueden ver o repetir, haremos un repaso minucioso, no sólo de toda la secuencia, sino también de los momentos previos a la misma. Cuál era nuestro grado de concentración, de visibilidad, si hemos cometido alguna brusquedad o si tal vez conducíamos con un entusiasmo cegador.



Autor: Tomás Pérez
Director de la Escuela Mutua-Portalmotos
 
El formato del foro no me ha dejado incluir este remate final por el exceso de tamaño del texto. Lo incluyo aquí:


La cuestión es que, de una manera o de otra, no debemos quedarnos sin saber qué circunstancias han concurrido para caernos. Y, aunque el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, estoy seguro de que conocer las causas nos ayudará, y mucho, para que no se repita la caída, al menos, de la misma forma.

Para concluir este artículo, y hablando ya en clave de Harley, debo subrayar que posible que muchos, muchos de vosotros no necesitéis nada de lo descrito en vuestra vida, porque me consta que las caídas en Harley, más que un suceso, pasa a ser un verdadero acontecimiento por lo extraordinario e inusual. Al menos, eso tengo entendido hasta donde puedo llegar.

Mucha suerte a todos.
 
Muchas gracias por todos estos posts.. No me cansaré de repetirlo.

PD: Ahora te tengo "localizao" xD La próxima vez que coincidamos me presentaré ;)

V'sss
 
Gracias por compartir tus conocimientos con nosotros.
Tambien comentar que en la mayoria de nuestras Harleys llevamos
instaladas las defensas, sobre todo para caidas en parado, pero
a veces y tambien en una caida con desplazamento lateral, la
moto no acaba de caer totalmente al suelo, sino que se desplaza
apoyada en la defensa, a mi me paso al pisar un paso cebra mojado
entrando en curva, y la verdad es que me salvo de una caida tonta
en la cual si la moto me hubiera caido encima de la pierna, las
consecuencias hubieran sido distintas, aparte que la moto ni
un rasguño.
saludos
 
Gracias por los consejos. Quiero creer que cuanto mayor sea la información previa mejor será la reacción casi instintiva llegado el caso.
 
Creo que es un lujo contar contigo por aquí. Te agradezco de corazón tus consejos, y tu forma de exponerlos. Información útil como pocas.

Muchas gracias.
 
Muchas gracias por el post.
Seguramente que somos muchos mas de los que leemos el post , que los que lo agradecemos.
Es un lujo tener a alguien como tu dando consejos.
Un abrazo.
Si pasas por Guadalajara tienes una birras!
 
Yo que todavía ando sin carnet (espero empezar ya de un vez por todas en septiembre) aprecio mucho éste tipo de posts. Sin duda lo guardaré en favoritos para futuras consultas.

Un saludo y buenas birras virtuales!:complice:
 
interesante el post, gracias por molestarte en exponerlo para los demás, un abrazo
 
Desde mi postura habitual desde el 3 de agosto, esto es pierna estirada con doble fractura para evitar colisión directa con un coche que me la lió, gracias por tus post, y la verdad es que lo de aprender de lo que ya ha ocurrido es lo mejor, siempre puede volver a ocurrir pero aprender, se aprende.
 
Desde mi postura habitual desde el 3 de agosto, esto es pierna estirada con doble fractura para evitar colisión directa con un coche que me la lió, gracias por tus post, y la verdad es que lo de aprender de lo que ya ha ocurrido es lo mejor, siempre puede volver a ocurrir pero aprender, se aprende.

Pues te deseo una pronta recuperación, te envío un dosis de ánimo y otra de paciencia, que bien se puede emplear en la buena lectura, por ejemplo.
Espero que estés muy pronto de nuevo en la brecha.
Un abrazo.
 
Muchas gracias Moriwoki, te diré que estoy aprovechando a leer todo lo que puedo, y te aseguro que tus post formativos son de lo mejor. Así, además de haber aprendido de mi experiencia, aprendo de vosotros. Gracias y un abrazo.
 
Muy buenos consejos moriwoki... habrá q interiorizar el mayor número posible de lecciones como esta para estar prevenidos siempre....
:]
 
Moriwoki, se me ponen de corbata leyendo esto, pero qué duda cabe que es mejor prevenir que curar y que de alguna manera tus palabras se quedan impresas en la mente y ayudarán si llega la ocasión (¡y espero que no llegue!).
Yo sólo me he caído una vez, y toco madera. Fue una caída tonta de novato de Harley: carretera con algo de gravilla en el piso, giro muy cerrado y en cuesta, muy poca velocidad. Sin heridas; tan solo en el orgullo (menuda cara de gilip***** se le queda a uno después de una cosa así), y solamente daños ligeros en la moto. Eso sí, para volver a poner de pie una bicharra de más de 300 kilos que no lleva defensas laterales hacen falta dos o tres tíos, lo que contribuye significativamente al escarnio y a herir un poco más el amor propio.
A pesar de haber conducido ya muchísimos km a lomos de mi Harley estoy deseando hacer un curso de conducción en cuanto pueda, porque el saber no ocupa lugar y porque estoy seguro de que voy a aprender muchas cosas nuevas que me serán útiles.

Saludos
 
Atrás
Arriba