Un prólogo con orientación existencial

moriwoki

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Hola ha todos.

He pensado que este texto por sí sólo, sin todos los contenidos a los que precede, puede servir de algo así como una orientación existencial para todo aquel que acaba de adentrarse en este tentador universo en el que otros vivimos sumergidos desde hace décadas, el de la moto.

Quiero confiaros el prólogo del manual de conducción que espero ver editado, por fin, en este próximo otoño.

Espero que a alguno le sirva de algo.

Muchas gracias.

Prólogo


El universo que se abre tras el manillar de una moto resulta absolutamente sorprendente para la mayoría de los que se asoman por primera vez a él. La moto transmite un amplio abanico de excitantes sensaciones que atrapa poco a poco al incauto curioso, convirtiéndolo en un devoto motorista que, probablemente, le rendirá culto de por vida.
Sin embargo no hay que desquiciar, precisamente, ese apasionamiento, porque la moto es una forma de sentir la vida con intensidad, de vivir apasionadamente, si se prefiere; pero no es una religión, no es un credo en torno al que hagamos girar nuestra existencia con un ciego fanatismo. La moto proyecta la vida hacia nosotros abriéndonos de par en par los sentidos. La moto nos lanza la vida a bocajarro. La moto presenta la vida delante de nosotros en bandeja de plata para que nos la sirvamos a modo de festín, para que la tomemos con una entrega total, para que la protagonicemos, pero no para que sea ella, la moto, la que se erija en el principal protagonista de nuestra vida.
El propio autor de este manual se vio obligado a abrir un gran paréntesis de toda una década apartado de las dos ruedas, precisamente, por haber equivocado los términos, por haber puesto su vida a girar en torno a la moto, en lugar de tomarla como un satélite que le sirva de referencia y que arroje algo de luz sobre los momentos de oscuridad total, en lugar de utilizarla como un mágico catalizador en presencia del cual pueda sentirse más vivo que un colegial años después de haber firmado su jubilación, a pesar de atravesar por el durísimo trance de una grave enfermedad o a pesar de haber caído en el amargo pozo de la depresión.
Conozco una serie de casos cargados de la más conmovedora humanidad, casos en los que la moto ha rescatado ánimos sepultados bajo la pesada losa de la tristeza más inconsolable, vidas vagando a la deriva que la moto ha reconducido por el sendero de una existencia edificante y cuajada de satisfacciones, personas abandonadas a la desidia y la amargura a las que la moto ha mostrado los campos y los ríos, las montañas y la costa con su particular viveza, bajo una nueva óptica de una fuerza inaudita que les ha llevado a encontrar algo tan sencillo y tan crucial como otra razón por la que vivir.

Tomás Pérez.
 
Grande Tomás.... como siempre.... :enamorado:

Que don para aporrear las teclas, jomío.... :complice:
 
Sabias palabras a tener en cuenta para no pderder el norte, con la moto o cualquier otra "afición" capaz de darnoslo todo pero también de quitarnoslo si no estamos lo suficientemente atentos.


VVVVVV""""""""""""SSSSSSSSSSSS
 
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