Ruta por el pre-Pirineo y otras cosillas

Osborne

Well-Known Member
Este domingo, aprovechando que tenía que hacer unas gestiones por la zona (una excusa como otra cualquiera) nos hemos llegado un amigo y yo a La Seu d'Urgell y a Alp, en pleno corazón de La Cerdanya, en el valle situado entre los Pirineos y el macizo del Cadí.

Mi colega en una Kawa Z800 recién estrenada, y yo en mi hierro Sportster 883R.

La meteo prometía, con sol en todo el paisaje, pero al final nos hemos encontrado con un día muy extraño. Al salir de Tarragona por el norte (Montblanc), un viento del copón que nos hacía revolvernos en el asiento para mantener el equilibrio. Al atravesar Lleida por la C-14, cesa el viento y bastante frio a pesar del sol. Sin problemas porque íbamos de invierno, aunque yo echaba de menos más protección en las manos. Me hubieran venido bien unos guantes de látex debajo de los de moto. Las carreteras (C-14 básicamente) desiertas alrededor de las 09:00 y rodamos a buen ritmo. Empezamos a divertirnos.

Cuando llegamos al Cadí y atravesamos los primeros túneles por la zona de Oliana y Coll de Nargó, nos recibe un calor extraño y vuelve a soplar el viento, que ya no nos abandonaría en todo el valle de La Cerdanya. Ha sido la única pega de un tiempo fabuloso, el viento, que obligaba a tener precaución.

Pasado Oliana, cuando la C-14 se vuelve más ratonera entre gargantas sinuosas en las que toca poco el sol, aparece un grupo de cuatro motos modernas indeterminadas, un par de GS, creo, y otro par de japos con motor en línea. Claro, no pueden dejar la oportunidad de pasarnos en la recta zumbando, cerca, y sin ningún ánimo de saludar. Pasan los dos primeros aullando, que son los aventajados del grupo. Y me digo: venga, a ver si puedo seguirlos.

Está más que demostrado que para carreteras de curvas no son necesarios más que 50 CV y una parte ciclo cumplidora. Después de gastarme mi pasta en la Sportster, creo que tengo las dos cosas.

Me acerco a ellos, que viendo como un garrulo con ropa negra y moto rara se les acerca, empiezan a apretar como descosidos. Consigo que no me dejen atrás y entonces empiezan a adelantar como posesos aprovechando la aceleración de sus chorrocientos caballos, y yo hago lo mismo aprovechando el par de la Sportster. Hasta que veo que el fantástico piloto de lo que parece una GS que va en cabeza, como fuera de sí, sale a adelantar justo en el momento en el que un coche en sentido contrario se le está acercando. Claro, este piloto espectacular y frio como el acero ha calculado que la caballería de su robot de hacer curvas le va a sacar del apuro, pero no. La cagaste, burtlancaster. De momento las GS no vuelan (de momento). Así que vemos el peligroso y bochornoso espectáculo del pobre turismo tirándose al arcén para dejar pasar al intrépido piloto de la GS. Olé tus huevos. Viva la tecnología punta. Para entonces, decido que ya es suficiente, parece que no quieren rodar conmigo, ha quedado claro. Poco después, otro colega de tan fantástico grupo me pasa y le acompaño hasta que pillamos al suicida, que supongo que ha bajado el ritmo pensando cómo ha tenido tanta suerte. Me quedo en la rotonda de La Seu porque Joan ha parado a repostar y tengo que esperarle.

Esperando en la rotonda, más o menos lo que viene a mi cabeza es que en nuestras carreteras sobran caballos y tecnología punta, y falta sentido común.

Por cierto, para tomar algo paramos en el aeródromo de la Cerdanya (Alp), un aeropuerto deportivo en pleno valle precioso, con un bar con terraza y estupendas vistas a la pista y al valle, desde donde uno puede tomar algo mientras ve despegar y aterrizar aviones o paracaidistas. El bar está regentado por una chica guapa y simpatica (ayudada por otras colegas) que nos dice que está intentando atraer grupos moteros para que disfruten de buenos desayunos, del paisaje, de los aviones, etc. No lo descartéis como destino de ruta, la verdad es que lo tiene todo.

Por último, y para no faltar a la costumbre, pequeños problemas mecánicos: al reducir en una rotonda cerca de Guissona, me doy cuenta de que mi pie no encuentra la palanca de cambio. Vaya por dios. Miro hacia abajo, y veo que falta la puntera de la palanca, que como no, con las vibraciones de ha desenroscado y se ha caido en la carretera. Damos un par de vueltas para ver si la encontramos sin éxito, y me voy para casa casi sin cambiar de marcha y resignado por tener la moto que tengo, totalmente imperfecta, más o menos como yo.

¡No salgáis nunca sin herramientas!!!
 
Última edición:
Bonita ruta, a veces confiamos en demasía de lo que llevamos entre las piernas y por no calcular bien, o por no reducir una marcha y salir más rapido, etc. nos encontramos en situaciones apuradillas, jeje, a la hora de adelantar y en este tipo de carreteras hay que afinar y así nos evitamos sustos y darlos tambien.

Y la palanca del cambio vaya p....., a parte de las herramientas tendremos que comprobar que esten bien apretaditos.
 
Buen relato y bonita ruta, cuanto mejor máquina llevamos más apuramos me pasaba con la RT así que decidí cambiar totalmente y ahora vuelvo a disfrutar de los viajes y de los paisajes.

saludos
 
Atrás
Arriba