En España tambien hicimos nuestros pinitos con las road movies.
¿Qué tienen en común Alfredo Landa y Peter Fonda? Nada, excepto que ambos protagonizan sendas “road movies” a lomos de motocicletas. “El puente”, de Juan Antonio Bardem, relata las aventuras de un mecánico de coches al borde de los 40 al que dejan plantado a las puertas de un puente de verano.
Tras cruzarse con dos extranjeras de buen ver, decide irse a Torremolinos a darse la juerga padre. Este planteamiento, en 1976, podría malinterpretarse y hacernos pensar en otra película más del destape. Y sí y no. Porque destape hay, pero sirve de atracción visual y manipulación del espectador para conducirlo hasta el mensaje que Bardem siempre incluye en sus filmes. Un Alfredo Landa grande, parodiándose a sí mismo a la vez que se aparta de sus películas casposas, es el motor de esta producción. Su viaje es delirante porque él es delirante.
Sólo hay que recordar su imagen en tanga de leopardo ante la comitiva de un funeral de pueblo que cruza la carretera. Y la película llega porque él sabe transmitirlo: el regreso a Madrid (escena engrandecida también por la dirección de Bardem, la fotografía del prolífico Alcaine y el montaje bizarro de Eduardo Biurrun).
El surrealismo cómico que no deja en ningún momento de acontecer en combinación con el patetismo de una España recién salida del régimen llega subversivamente al espectador y revuelve sus ideas haciéndole abrir los ojos para percatarse de que es necesaria la unión del pueblo para cambiar la sociedad española. Aunque este mensaje, por si acaso algún despistado espectador no lo capta durante la película, lo deja bien claro Bardem en su última escena. Una película agradable, en ciertos momentos lúcida y que propone una reflexión superficial pero necesariamente repetitiva en su época.
Nosotros somos asin
[video=youtube;yLRHZeTljmI]http://www.youtube.com/watch?v=yLRHZeTljmI[/video]
layero:
